Personalmente no entiendo que nadie quiera comer o cenar con Trump sin que sea obligado. Ni siquiera por las risas. Pero claro, yo no tengo una empresa con la que gane millones, ni necesito influencia para ganar aún más millones. Muchos empresarios sí, y por eso están interesados en compartir tiempo con el presidente de los Estados Unidos. Especialmente empresarios tecnológicos, sin duda una muestra más de que el tecnofeudalismo reemplazará en breve al capitalismo.
Elon Musk, por ejemplo, fundador de Tesla y propietario de X, invirtió al menos 260 millones de dólares en la campaña electoral de Donald Trump. Como él, otras empresas tecnológicas como Google y Microsoft, y ejecutivos tecnológicos como Jeff Bezos de Amazon, Mark Zuckerberg de Meta, Tim Cook de Apple, Dara Khosrowshahi de Uber y Sam Altman de OpenAI, donaron un millón de dólares cada uno.
Ahora que ha sido elegido, la inversión no cesa, porque según informa Wired, hay líderes empresariales que están pagando hasta 5 millones de dólares para reunirse con el presidente de los Estados Unidos Donald Trump de una forma personal. Un cara a cara en el complejo de Florida Mar-a-Lago, propiedad de Trump. Otros pagan un millón por “reservar un asiento” en una cena en la que habrá más personas, como la que tuvo lugar el pasado sábado 1 de marzo. Según confirmaban fuentes a Wired, la invitación era de “MAGA INC.” (Make America Great Again Inc.), el Súper PAC estadounidense que gastó más de 450 millones de dólares apoyando la elección de Trump en 2024, y decía lo siguiente:
“Está invitado a una cena a la luz de las velas con el invitado especial, el presidente Donald J. Trump. Se proporcionarán detalles adicionales al confirmar su asistencia. Las confirmaciones de asistencia se atenderán por orden de llegada. El espacio es muy limitado. $1,000,000 por persona”.
La asistencia se confirmaba con Meredith O'Rourke, que fue directora nacional de finanzas y asesora principal de Donald J. Trump for President 2024 y con Abby Mathis, la coordinadora de finanzas de MAGA Inc. Pero aparecía en la agenda pública y oficial del presidente como “MAGA INC. Candlelight Finance Dinner”. Lo más curioso es que, a pesar de que la cena costara un millón de dólares, la invitación decía también que “Donald J. Trump aparece en este evento solo como orador destacado y no está pidiendo fondos ni donaciones”. Sin embargo la empresa a la que se dona ese millón es una empresa que apoyó a Trump.
Que Trump sea el centro de la polémica no es algo nuevo, como vimos hace apenas unos días después de su reunión con Zelensky o como hemos visto más recientemente con su primer discurso en el capitolio en el que no dijo en realidad nada en una hora y media. Y estas son solo las dos más recientes, pero no las únicas. En el caso de estas particulares cenas, nos surge una duda y es si existe o no un límite que diferencia al Donald Trump presidente y al Donald Trump empresario.
Pero esta recaudación no solo es inaudita sino preocupante. Como explica Don Moynihan, profesor de políticas públicas de la Universidad de Michigan, “la preocupación no es tanto la recaudación de fondos como el acceso y la influencia… La gente que espera recibir un trato favorable considera que donar dinero a Trump les conviene”. Y eso es un peligroso camino porque hace que la gente con más dinero tenga aún más poder no solo a nivel empresarial, sino social y político, haciendo que los pobres sean aún más pobres y los ricos aún más ricos.
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Fotos | Instagram @realdonaldtrump
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