Phishing, smishing, vishing, spoofing… En los últimos años nuestro diccionario se ha engrosado con términos que nos hubiera gustado no tener que aprendernos, el de estafas que podemos sufrir como usuarios en internet. Hasta ahora la creencia era que la culpa de todo era de los usuarios. Ahora una nueva sentencia señala a otros: los bancos.
La culpa no es tuya, es de tu banco. El Tribunal Supremo, en una sentencia del 9 de abril, ha fallado a favor de los usuarios y en contra de la banca, declarando que la segunda es la principal responsable en casos de fraude. El caso era con Ibercaja, que solicitaba un recurso de casación a la Sala de lo Civil contra una resolución dictada por la Audiencia Provincial de Zaragoza a finales de 2022. Pero la jugada le ha salido regular porque, y cito textualmente, “las buenas prácticas [del banco] pasan por adoptar las medidas de seguridad necesarias para garantizar el correcto funcionamiento del sistema de servicios de pago, entre las cuales destacan las orientadas a detectar de forma automática la concurrencia de indicios de que puede tratarse de una operación anómala y generar una alerta o un bloqueo temporal”.
El resultado: tu dinero vuelve. La buena noticia para el usuario es que los 56.474,63 euros que salieron de su cuenta por SIM Swapping, deberán ser devueltos de inmediato por Ibercaja, y la sentencia advierte que si el banco no puede demostrar que actuaste como cliente de forma negligente, el pato lo paga él y no tú. Tú solo tienes que notificar a la entidad bancaria que se ha producido una operación sin autorización por tu lado, como recoge la Directiva Europea ante los servicios de pago.
La importancia de la sentencia. Más allá de que el usuario afectado vaya a recuperar todo su dinero, lo cuál de por sí es ya una buena noticia, lo importante de este caso es que sienta jurisprudencia. Un precedente que establece que los bancos son los principales responsables en casos de phishing bancario y deben ser ellos quienes respondan por las operaciones no autorizadas por el usuario y no al contrario como reflejaban las cláusulas contractuales que exoneraban a los bancos de su responsabilidad. Ahora serán declaradas nudas y no podrán alegar que es culpa nuestra y de nuestra torpeza, aún habiendo introducido los datos nosotros en webs maliciosas.
Lo que esto nos demuestra es que el foco se pone en la seguridad de aquellos que guardan nuestro dinero (y que se hacen ricos a costa de hacerlo), más allá del que ya había en las víctimas. Como usuarios, nuestra atención debe ser máxima en tiempos en cada vez son más comunes las estafas por llamadas falsas, WhatsApp o mensajes de texto, que son tantas que el Ministerio de Transformación Digital se ha propuesto terminar con ellas. Ahora parece que la justicia, al menos, nos protege para no perderlo todo por ellas.
Fotos | Bermix Studio en Unsplash; Puerta principal del Tribunal Supremo del Reino de España (Autor Cberbell)
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