Has conocido a alguien a través de una aplicación de citas. Quedáis y cuando termina la cita piensas que te ha gustado, que te gustaría volver a ver a esa persona. Pero ¿cómo podrías afirmar que la cita ha sido un éxito? La ciencia lo tiene claro, las respuestas fisiológicas subconscientes de una pareja pueden predecir su atracción mutua. Cuando dos personas se gustan de verdad se produce una sincronía hasta en sus corazones.
Has triunfado de verdad cuando latís al mismo ritmo
El estudio, que se llevó un IG Nobel en la categoría de Investigación Cardiología Aplicada en 2022, afirma que el verdadero indicador de éxito durante una primera cita tiene que ver con lo que pasa en nuestros corazones. Concretamente con algo mágico y digno de novela romántica: ambos corazones se sincronizan. Ni la sonrisa, ni la mirada ni mantener el contacto visual se asocian significativamente con la atracción entre dos personas porque son señales que pueden falsearse o fingirse, como ocurre cuando nos encontramos con un narcisista que parece encantador. Tampoco la expresión facial o el lenguaje corporal, aunque sí cambia cuando sentimos atracción sexual, pero al ser respuestas conscientes, pueden ser también controladas. La clave está en lo que hace nuestro cuerpo sin que lo sepamos.
Para llevar a cabo el estudio, Prochazkova, y otros investigadores de Países Bajos y Reino Unido, organizaron citas a ciegas para identificar los patrones que se repetían entre hombres y mujeres heterosexuales al conocer por primera vez una cita a ciegas, mediante gafas de seguimiento ocular y electrodos que medían la frecuencia cardíaca y la conductancia cutánea. Los participantes fueron asignados aleatoriamente a una pareja del sexo opuesto y no pudieron verse hasta que los investigadores eliminaron la barrera que los separaba, manteniendo antes interacciones verbales y no verbales.

Los resultados fueron que los hombres se sentían más atraídos por las mujeres que ellas por ellos (el 53 % de los hombres y el 34 % de las mujeres querían tener una segunda cita). Y de todos los casos, solo el 17 % de las parejas deseaban ambos una segunda cita. Es ahí donde surge lo interesante y es que, según el estudio, la atracción mutua se predijo mediante la sincronía de sus respuestas fisiológicas inconscientes e involuntarias y no tanto de las respuestas fisiológicas controlables y conscientes más comunes como la sonrisa, el contacto visual o la risa.
La autora principal, asegura que cuanto más sincronizadas estaban la conductancia cutánea y la frecuencia cardíaca de las parejas, más atraídos se sentían los participantes por su pareja, y la sincronización de las respuestas fisiológicas, tanto en las interacciones verbales como no verbales, se asociaba con una mayor atracción. Un latido sincronizado que se producía por un “acoplamiento fisiológico subconsciente en el desarrollo de la atracción romántica”, lo que sería difícil o imposible de regular deliberadamente. Solo se produce con un "intercambio emocional genuino", como aseguraba Prochazkova.
Aunque según este otro estudio publicado en Communications Psychology existen personas con capacidad para sincronizar sus respuestas fisiológicas con las de los demás, conocidas como "Supersincronizadoras", estos perfiles no son tan habituales, así que ya sabes: si latís a la vez, es ahí.
El resultado del estudio es muy romántico, de eso no cabe ninguna duda.
Fotos | About time (2013)
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